martes, 29 de noviembre de 2016

La amistad según la filosofía

Haciendo el otro día un trabajo muy minucioso sobre la "Ética a Nicómaco" de Aristóteles (mi gran y querido - y estudiado un poco hasta el hartazgo - Aristóteles) me reencontré con el tratado sobre la amistad (Libros VIII y IX) y ya que siempre me gusta compartir con quien esté interesado cosas bellas de la literatura, también está bueno compartir cosas interesantes (y también bellas, porqué no?) de la filosofía. Después de todo, también va a decir "El Filósofo" (como lo llaman los escolásticos) que la amistad propiamente dicha, es aquella que se basa en la comunicación: comunicación de la virtud, de sabiduría, de amor, en fin de toda clase de cosas buenas que hacen a un hombre valioso en sí mismo; he aquí mi aporte a todos los amigos que quieran leer este blog.

Comienza el libro VIII de la Ética diciendo que la amistad es :

"...la cosa más necesaria de la vida. Sin amigos nadie escogería vivir, aunque tuviese todos los bienes restantes. Los ricos mismos, y las personas constituídas en mando y dignidad, parecen más que todos tener necesidad de amigos (...) Pues en la pobreza también, y en las demás desventuras, todos piensan ser el único refugio los amigos. A los jóvenes asimismo son un auxilio los amigos para no errar; a los viejos para su cuidado y para suplir la deficiencia de su actividad, causada por la debilidad en que se encuentran; y a los que están en el vigor de su vida, para las bellas acciones..."

No sólo parece ser la amistad algo muy necesario para la vida individual del hombre, sino también para la vida en común. Propiamente la concordia que vincula las ciudades es para Aristóteles también una forma de amistad. Esto quizás es una verdad importante que es necesario rescatar frente al individualismo del Estado moderno; no se trata de que el Estado sea originado por medio de un contrato social como si cada individuo viniera a formar parte de la sociedad mediante una renuncia de sus derechos en favor de un todo social, sino que más bien habría una especie de amistad natural entre los hombres; no para que seamos sometidos por el poder de la autoridad, sino para que podamos cooperar mútuamente en la búsqueda del bien común. Pero quizás podamos reflexionar sobre el origen del Estado y la filosofía política luego. Volvamos a la amistad:

"... Más no sólo es la amistad algo necesario, sino algo hermoso..." se nos dice a continuación.

Finalmente ¿en qué consiste la amistad? ¿Cómo podemos clasificarla? ¿Existe una o existen varias formas de amistad? y si existen varias ¿Hay alguna que sea más perfecta que las demás?

Vamos a adelantar la respuesta y a decir que para resolver esta cuestión hay que examinar el objeto de amor. ¿Qué es lo que "aman" los hombres? ¿A qué tienden, qué buscan, qué quieren, qué persiguen? etc. La respuesta a esta cuestión es compleja: habría por lo menos tres objetos distintos del amor, y esto daría lugar a tres clases distintas de amistad. Existen tres clases de amor (porque existen tres clases de bienes que son los que se persiguen):

Se aman o se desean los bienes útiles (amor de utilidad), se aman o se desean los bienes placenteros (amor por placer) y finalmente se aman o se desean los llamados bienes honestos, que se buscan por ellos mismos y no por fin ulterior (amor de benevolencia).

"...De este modo los que se aman por utilidad no se aman por sí mismos, sino en cuanto derivan algún bien uno de otro. Lo mismo los que se aman por placer, que no quieren a los que tienen ingenio y gracia por tener estas cualidades, sino porque su trato les resulta agradable. De consiguiente, los que son amigos por interés, manifiestan sus afectos por alcanzar un bien para sí mismos; y cuando es por placer, para obtener algo para ellos placentero, y no por el ser mismo de la persona amada, sino en cuanto es útil o agradable. Son, en suma, estas amistades, amistades por accidentes, porque no se quiere a la persona amada por lo que ella es, sino en cuanto proporciona beneficio o placer, según sea el caso..."

Se dice más adelante que estas amistades no son duraderas, porque duran lo que dure la utilidad. Una vez que consigo lo que quiero de la otra persona, ya no me sirve. El vínculo que nos unía queda disuelto y no hay más motivo para considerarlo "amigo". Sin embargo, si consideramos el amor de benevolencia, el que se busca sólo por el bien de la otra persona, encontramos la verdadera esencia de la amistad:

"...Los que desean el bien a sus amigos por su propio respecto, son los amigos por excelencia. La amistad de estos hombres permanece mientras ellos son buenos; ahora bien, la virtud es algo estable (...) Esta amistad es, por tanto, como puede con razón suponerse, durable."

Mientras las formas accidentales de amistad parecen buscar más bien un bien propio; la verdadera forma de amistad se basa en la búsqueda del bien ajeno y por eso:

",,, Con todo, la amistad consiste, a lo que parece, más bien en amar que en ser amado..."

Sin embargo, estos tipos de amistad no son excluyentes entre sí; y la amistad por placer y por utilidad no son en sí mismas malas; es posible tener una amistad de este tipo mientras que ambos consientan en esto. El problema está cuando uno busca una utilidad y el otro busca un bien honesto. En esto consiste la traición y el engaño.

Pero puede suceder, y es el óptimo de los casos cuando estos tres tipos de amor se dan juntos: y en esto se pone el ejemplo de los cónyuges: que se aman por utilidad en cuanto ambos buscan mantener un hogar común y buscan el bienestar de los hijos, de la casa, etc.; se aman por placer porque entre ambos pueden encontrarse motivos de diversión, de sexo, etc,; y finalmente se aman benevolamente, en tanto que este tipo de amor es el que impera sobre los demás, porque todos aquellas cosas se dignifican y se hacen más valiosas en tanto que se las busca siempre por el bien de la otra persona y no tanto por el bien de uno mismo.

En esto consiste la amistad: cuando la igualdad viene dada no por el mero intercambio de las cosas útiles o por el placer; sino por el mutuo deseo de hacerse bien. Es, en este sentido, la forma más perfecta de la justicia (que es la virtud referida a otro):

"... Dónde los hombres son amigos, para nada hace falta la justicia, mientras que si son justos tienen además necesidad de la amistad. La más alta forma de justicia parece ser una forma amistosa..."

A la luz de esto podemos darle aún más profundidad al texto del principito que compartí hace unos días. El zorro enseña esencialmente esta verdad: "...el tiempo que pasaste con tu rosa hace que sea valiosa para tí". El Principito entiende esto: puede haber miles de personas en el mundo, y todas nos pueden dar muchas cosas, así como hay millones de rosas en el mundo... todas son bellas, todas adornan, todas perfuman, pero cuando el principito comprende la importancia del secreto del zorro les dice que "no se puede morir por ellas". El bien del otro es ese bien esencial que se ve con el corazón. No lo material, no (sólo) lo placentero, sino todo eso y más; pero no para mí, sino para el amigo, para la persona que se ama. Para todo aquello y todos aquellos que "hemos domesticado"


- Albano.









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