lunes, 19 de diciembre de 2016

La esperanza que ve no es esperanza

"...Y si en otro tiempo fuimos tinieblas, ahora somos luz en el Señor.

Más con todo esto, no lo somos más que por la fe, no por la vista cara a cara. Por la esperanza fuimos hecho salvos. La esperanza que ve no es esperanza. Todavía un abismo llama a otro abismo, pero ya con la voz de sus cataratas (...) ¡Qué hermosura la de aquella luz! ¡¿Cuando la veremos como es?!, Y habrán pasado las lágrimas, que han sido mi pan día y noche, mientras se me dice cada día: ¿en dónde está tu Dios?

Y yo digo a mi vez: ¿en dónde estáis? ¿En dónde estáis, Dios mío? Respiro un poco en Vos cuando derramo sobre mí mi alma en voz de exultación y confesión; sonido festivo como de quien banquetea. Y todavía está triste porque torna a caer y se convierte en abismo, o mejor, siente que todavía es abismo. Dícele a mi fe que encendisteis en la noche ante mis pasos : ¿Porqué estás triste, alma mía, y porqué me conturbas? Espera en el Señor; lámpara de mis pies es Su Palabra.


- San Agustín. Confesiones 

viernes, 16 de diciembre de 2016

La filosofía no sirve para nada

La filosofía no sirve para nada, y en esto consiste su valor. O al menos, esto es lo que diría cualquiera de nosotros que hemos sido "iniciados" en esta ciencia con las lecturas clásicas de cualquier clase de introducción a la filosofía.  (yo tengo mis dudas, y en esto coincido fuertemente con Platón, de que alguna vez dejemos de ser propiamente iniciados en filosofía... dudo que alguna vez podamos llegar a ser expertos en esto, por mucho que sepamos del pensamiento de algún autor o alguna escuela en particular).

Todo estudiante de filosofía, y doy fe de esto, ha tenido que enfrentar la difícil pregunta de "¿y PARA QUÉ estás estudiando eso?" esperando una respuesta simple. La realidad es que cualquiera de nosotros podría pensar un sinfín de razones para responder esta pregunta, pero al mismo tiempo sabemos que no vamos a convencer a nadie. El "mundo" está demasiado sumergido en una lógica individualista, utilitaria y consumista como para entender la importancia que tiene para nosotros el frenar un segundo y sólo mirar las cosas; mirar la realidad a ver qué tiene para decirnos sobre nosotros mismos y sobre lo que estamos haciendo. Un mundo industrializado no tiene tiempo para esto. Dos guerras mundiales y todavía creemos que el avance está puesto en la tecnología y en el progreso de lo "útil".

"El Principito" dice mucho de esto de una manera simple:

"...Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen ¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere? ¿Colecciona mariposas? En cambio, os preguntan: ¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Sólo entonces creen conocerle. Si decís a una persona grande "He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo" no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles:"He visto una casa que vale cien mil francos" sólo entonces exclamarán ¡Qué hermosa es!..."

A luz de esto quizás se entienda que detrás de la pregunta "para qué estudias filosofía" deba leerse "cuánto te van a pagar por estudiar filosofía". En un mundo con la lógica utilitaria y la preeminencia de las ciencias exactas parece que no hay lugar para la actividad contemplativa. Que una ciencia no sirva para nada no es motivo de dignidad. como hubieran sugerido los griegos, sino de lo contrario. Es más, en nuestra actualidad es incluso difícil imaginar que la filosofía es siquiera una ciencia.

No sólo es la filosofía una ciencia, sino que es la mamá de todas. Cuando los primeros filósofos (Tales, Anaxímenes, Anaximandro, etc.) se preguntaban por el principio constitutivo de toda la realidad estaban haciendo filosofía en el sentido más propio del término. Esta cuestión de que vivimos en una realidad tan cambiante y tan "precaria" es lo que sigue despertando en nosotros la búsqueda a la respuesta más trascendental de todas: ¿Hay algo que realmente subsista y permanezca en una realidad que cambia constantemente? ¿Hay algo que sea realmente necesario? Tan importante es la pregunta que filósofos como Santo Tomás la usan como punto de partida para demostrar la existencia de Dios. (En este sentido Dios también constituye uno de los grandes y más interesantes problema de la filosofía).

Esta pregunta nos demuestra algo fundamental: que la filosofía es una ciencia universal. No se pregunta por algo en particular (a la manera en que la biología se pregunta por los seres vivos, la física por los seres en movimiento, etc.) la pregunta auténticamente filosófica es por el ser en su realidad última. Abarca toda la realidad en cuanto tal. Por eso ha sido la cuna de todos los "saberes particulares" a lo largo de la historia. La biología, por ejemplo, no se cuestiona sobre la realidad del ser vivo. La medicina tampoco; sencillamente la supone. En ese sentido la filosofía sirve de punto de apoyo; de fundamento. Pero también supone un ir más allá; una "segunda navegación" como dice Platón.

Aristóteles diría que dado que la ciencia busca conocer las causas; existe una Filosofía Primera porque busca las causas más profundas de lo real; y de ésta dependen las "filosofías segundas" (todas las ciencias particulares que conocemos hoy en día). En esto consiste su dignidad; en ser rectora de las demás. Y es rectora porque es la que puede proveer de los fundamentos. Obviamente que en la época de Aristóteles la concepción de la ciencia era distinta y la pretensión era que exista una unidad y orden entre ellas; hoy el esquema es distinto, pero este espíritu es el que persiste en todo estudiante de filosofía.

Por eso no podemos responder a la pregunta por la utilidad. No es una ciencia práctica (que sirve para), es una ciencia teórica. No sólo eso, sino que es LA ciencia teórica. Su fin está en ella misma. En el saber por saber, lo cuál es la actividad más propia del hombre (si lo entendemos como "animal racional").

"Todo hombre tiene por naturaleza el deseo de conocer" dice también Aristóteles al comienzo de la "Metafísica"; y cuando habla de Dios también afirma que en la actividad teórica nosotros nos acercamos a Él; hay algo de la vida de Dios en el conocer del hombre; y esto no tiene utilidad para otra cosa porque no es un medio; es un fin. Propiamente es EL fin.

El problema es que se ha olvidado que lo útil no puede ser un fin. Porque la utilidad justamente significa "servir PARA...". Cuando nos aferramos sólo a la utilidad caemos en una cadena infinita porque no encontramos reposo en nada; siempre vamos a querer más plata, más poder, más fama, etc. Las cosas más valiosas son en realidad las que no tienen una "utilidad" porque se buscan por sí mismas. El otro día hablábamos de la amistad, y decíamos que la verdadera era la que se fundaba en un bien "honesto"; porque las amistades que se fundan en un amor de utilidad no sean amistad en sí misma sino sólo por accidente y cuando la otra persona deja de servirnos, la descartamos. Sucede algo similar cuando sólo buscamos estar con alguien por "placer"; muerto el deseo (qué es cambiante e impredecible), muerto el amor.

"...Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos..."

Nosotros, que adherimos a estas reflexiones, creemos que la filosofía es un fin en sí mismo; como la amistad verdadera. No por nada somos "filósofos" (que etimológicamente significa "amigos de la sabiduría"). Creemos entender más del mundo y más del hombre cuando lo observamos sin pretender sacar provecho de ello. Insistimos, con Aristóteles, la filosofía no sirve para nada y esto es lo que la hace tan valiosa.

"Es un gran misterio. Para vosotros, que también amáis al principito, como para mí, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, si o no, a una rosa...
Mirad al Cielo. Preguntad: ¿el cordero, sí o no, se ha comido la flor? ¡Y ninguna persona grande comprenderá que tenga jamás tanta importancia!"




- Albano


martes, 13 de diciembre de 2016

Nulla dies sine linea

"...Escribo siempre. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Nulla dies sine linea. Es mi costumbre y, luego, es mi oficio. Durante mucho tiempo consideré que la pluma era una espada: ahora conozco nuestra impotencia. No importa: hago libros, los haré; hacen falta; y sirven, a pesar de todo. La cultura no salva nada, ni a nadie, no justifica. Pero es un producto del hombre: éste se proyecta, se reconoce allí; este espejo crítico es el único que le ofrece su imagen..."

- Jean Paul Sartre. "Las Palabras"

jueves, 1 de diciembre de 2016

Amor más que amor...





"Amor que de su voz me inunda y llena,
él comenzó a cantar tan dulcemente,
que aún la dulzura en mi interior resuena"

- Dante. Divina Comedia, Purgatorio, II